En los últimos años el concepto disruptor endocrino se asocia a muchos compuestos químicos, algunos de ellos ingredientes muy comunes en los productos cosméticos. Aunque las personas consumidoras cada vez están más concienciadas, no todas están al corriente de lo que significa realmente un disruptor hormonal, qué efectos tiene en el organismo, porqué es tan importante evitarlos y bajo qué formas los encontramos en los cosméticos.
¿Qué es un disruptor hormomal o endocrino?
Según la Fundación Española para la Ciencia y la Técnica, es “una sustancia química, ajena al cuerpo humano, capaz de alterar el equilibrio hormonal de los organismos y generar la interrupción o modificar la respuesta habitual de algunos procesos fisiológicos”. Actualmente se ha identificado este efecto en muchas sustancias químicas incluidas en objetos de uso cotidiano. La mayoría provienen del plástico y sus derivados, pero las hay de muchas clases en envases, productos de limpieza, textiles, materiales de construcción, muebles, electrodomésticos, papel reciclado, alimentos (a través de los pesticidas), material de uso médico y, por supuesto, en productos de higiene personal y cosméticos.
¿Por qué son un peligro?
Tradicionalmente se ha evaluado la peligrosidad de un ingrediente químico en función de la cantidad a partir de la cual resulta tóxico. Pero las hormonas y las sustancias químicas que funcionan como tales en nuestro organismo escapan a este principio. Se ha visto en algunos estudios que dosis más pequeñas tienen mayores efectos. A ello se le suma que no solo estamos en contacto con una única sustancia, si no a muchas distintas.
Actualmente no se sabe con certeza como interactúan en nuestro organismo y como afectan a nuestra salud tanto a corto como a largo plazo, pero los estudios lo han relacionado con un mayor riesgo de ciertos cánceres, obesidad, infertilidad, diabetes, síndrome metabólico, asma y trastornos del desarrollo neurológico. El feto, los bebés lactantes y la población infantil en general son los más vulnerables a este tipo de sustancias ya que puede afectar a su desarrollo con efectos impredecibles a largo plazo.
¿Qué dice la legislación de cosmética con respecto a los disruptores endocrinos?
El 7 de noviembre de 2018, la Comisión adoptó la revisión del Reglamento (CE) n.º 1223/2009 sobre los productos cosméticos que contienen sustancias de alteración endocrina. El informe revisa cómo se abordaron las sustancias consideradas como disruptores endocrinos potenciales en el marco del Reglamento sobre cosméticos. Además, específicamente cuáles deben ser prohibidos o restringidos después de su evaluación de seguridad.
Desde la publicación de ese informe, la Comisión Europea está determinando que sustancias con acción de disrupción endocrina deben estudiarse para decidir si se restringen o prohíben. Se fijó en un principio el estudio de 28 sustancias. Algunas ya se han prohibido o restringido como el triclosán, pero esto es por considerarse también CMRs o porque les han afectado las restricciones de otras legislaciones, como la de biocidas.
Sabemos que la legislación y las instituciones europeas vigilan que las sustancias utilizadas en cosmética no sean tóxicas, pero vemos como algunas sustancias se van prohibiendo sucesivamente, sin embargo, se consideraban seguras hasta su prohibición. Por otra parte, parece ser que la toxicidad de las distintas sustancias se estudia por separado, no se estudia los posibles efectos acumulados de la combinación de estas sustancias con otras contenidas en un mismo producto cosmético o en otros utilizados simultáneamente durante largos periodos.
¿Dónde los encontramos en los cosméticos?
La lista de sustancias que se usan en cosmética y que potencialmente tienen este efecto es muy larga. Pero algunas son ampliamente utilizadas y las encontramos en cosméticos de uso muy extendido.
Parabenos. Es un grupo de sustancias que se usan como conservantes. Son muy efectivos y baratos y por ello, durante muchos años, fueron los conservantes más usados. Pero desde que una campaña publicitaria los puso en el punto de mira, muchas personas consumidoras evitan los cosméticos que los incluyen y se han sustituido por otros menos conocidos por el público general. En el listado de ingredientes (INCI) los distinguiremos por los nombres Methylparaben, Ethylparaben, Butylparaben, Propylparaben
Aluminio. El aluminio tiene efectos como disruptor endocrino y es neurotóxico. La toxicidad del aluminio depende de la capacidad de penetrar dentro del cuerpo y ésta es muy variable en función del tipo de molécula. La encontraremos en el INCI como Aluminium Chloride, Aluminium Chlorhydrate, Aluminum Chlorohydrex, Aluminum Chlorohydrex PG, Aluminum Fluoride, Aluminum Sesquichlorohydrate o Aluminum Zirconium Trichlorohydrex GLY.
Triclosan. Esta sustancia bactericida es un ejemplo de ingrediente del que se han acreditado sus efectos perjudiciales sobre la salud desde hace años, pero aun así se sigue utilizando principalmente en los desodorantes. En la Unión Europea está clasificado como irritante para la piel y los ojos, persistente, bioacumulativo, tóxico y disruptor endocrino. Hasta 2014 se utilizaba en una amplia gama de cosméticos y, por eso, a pesar de su prohibición en la mayoría de ellos sigue detectándose. En el INCI aparece como Triclosan.
Filtros solares. Algunos filtros solares químicos tienen este efecto. Un estudio científico reciente ha detectado la presencia de benzofenona y avobenzona en el cordón umbilical. Este tipo de compuestos ya se habían detectado anteriormente en la leche materna y la placenta. Su presencia se ha asociado con un mayor riesgo de endometriosis, infertilidad, problemas durante la gestación y el parto y obesidad infantil. Además de estos filtros hay otros que también son disruptores endocrinos como el octinoxato, homosalate o el ácido para-aminobenzoico (PABA)
En el INCI los encontraremos con muchos nombres distintos entre los que destacan Benzophenone, Ethylhexyl methoxycinnamate, Octinoxate, Ethylhexyl dimethyl PABA, Butyl Methoxydibenzoylmethane, Avobenzone, Homosalate, 4 Methylbenzylidene Camphor.
Aunque prohibidos en muchos usos, el ftalato de dietilo y el ftalato de dimetilo se siguen utilizando para desnaturalizar el alcohol que es el principal ingrediente de colonias y perfumes. Como no es un ingrediente directo del cosmético no aparece en el INCI.
Bronopol. Se usa como conservante de amplio espectro en muchos productos como champús, cremas y maquillaje. Su baja toxicidad en mamíferos lo hizo muy popular en cosmética. Sin embargo, es lo que se conoce como un liberador de formaldehido, sustancia que libera a medida que pasa el tiempo.
Actualmente su uso está restringido a un máximo de 0,1 %, pero en el caso de los disruptores endocrinos disminuir la dosis en el producto no evita sus efectos. En el INCI se identifica con el nombre nombre 2-Bromo-2-Nitropropane-2,3-Diol.
¿Cómo evitarlos?
Elegir cosmética sin disruptores endocrinos contribuye a disminuir nuestra exposición diaria a este tipo de sustancias. La etiqueta del cosmético nos permite detectar su presencia, pero, dada la larga lista y la dificultad de recordar todos los nombres, no parece la mejor opción. Además, la lista se amplía día tras día y la legislación no siempre es lo suficientemente rápida ni eficiente como para prohibir su uso, o alertar a la población, una vez se descubre este efecto en un ingrediente habitual en la cosmética.
Por ello, la mejor opción es optar por la cosmética econatural certificada. De esta forma sabemos que manos expertas han evaluado los ingredientes para asegurarnos que no hay ninguno que pueda suponer un prejuicio para nuestra salud.
Autoras: Nuria Alonso, Certificación BioVidaSana y Montse Escutia, Proyecto Ecoestética
Publicado en El Botiquín Natural Enero 2024