“Sin sulfatos” es un reclamo de venta que están utilizando muchas empresas de cosmética. Con ello se quiere dar la falsa imagen de que estamos frente a una cosmética más natural que una que contenga los temidos sulfatos. Sin embargo, la realidad de la cosmética natural no es tan sencilla y el uso de este término de modo generalizado puede dar lugar a más confusión que información.
¿Qué son los sulfatos?
Los sulfatos son compuestos químicos que se utilizan en cosmética como agentes limpiadores principalmente. En la lista de ingredientes (INCI) suelen aparecer bajo la denominación “sulfate”. Pero no todos los sulfatos son iguales y los hay seguros y admitidos por las certificaciones de cosmética natural. Además, si se quieren evitar los sulfatos, no es suficiente con evitar el término «sulfate” en el INCI, pues hay muchos ingredientes que se han obtenido por sulfatación, aunque el término no aparezca en el INCI final.
La creencia de que deben evitarse todos los sulfatos viene de ingredientes como el Sodium Laureth Sulfate muy utilizado en cosmética convencional por ser un ingrediente muy barato para la industria. Puede ser de origen petroquímico o derivar del coco, pero incluso en este segundo caso, sufre grandes transformaciones químicas y no se puede considerar un ingrediente natural. Pero hay otros ingredientes que contienen el término “sulfate”, como el Sodium Coco Sulfate que sí es de origen natural.
Aunque la base de los surfactantes más comunes suele ser aceite de coco, existen diferencias entre ellos.
Sodium Coco Sulfate
Para obtener Sodium Coco Sulfate, se utiliza el aceite de coco puro y se somete a un proceso de sulfatación, haciéndolo reaccionar primero con ácido sulfúrico y a continuación con carbonato sódico. De esta forma, se obtiene un detergente suave que no produce mucha espuma.
Sodium Lauryl Sulfate
El Sodium Lauryl Sulfate es una versión purificada del anterior. En este caso, se eliminan la mayor parte de los ácidos grasos del aceite de coco que no son de carbono 12 y se somete al mismo proceso de sulfatación que en el caso anterior.
Sodium Laureth Sulfate
El Sodium Lauryl Sulfate puede ser irritante para la piel. Sin embargo, el Sodium Laureth Sulfate no lo es tanto y hace mucha espuma, otra ventaja para la industria convencional, dado que asociamos mucha espuma a mucha limpieza. Este compuesto, si procede del coco, se prepara de forma similar al Sodium Lauryl Sulfate, pero pasando por un proceso de etoxilación con la adición del óxido de etileno a los alcoholes grasos de la fórmula. Así los hace más solubles en agua, reduciendo de esta manera el nivel de irritación. Sin embargo, en el proceso de etoxilación se puede obtener como subproducto el 1,4-dioxane que se considera cancerígeno, además de hacer que el producto final sea en parte petroquímico, incluso en el caso de que derive del coco.
Así que, a partir de un mismo ingrediente natural, el aceite de coco, se pueden obtener tres ingredientes muy distintos.
En el caso del Sodium Lauryl Sulfate algunas normas para la certificación de cosmética natural lo admiten porque no es tóxico y es 100 % de origen natural, pero otras lo prohíben por ser irritante para personas sensibles. Por tanto, el simple término “libre de sulfatos” en la etiqueta de una formula cosmética no es un buen indicador sobre si ésta es más o menos natural.
Autoras: Nuria Alonso y Montse Escutia. Norma BioVidaSana. Proyecto Ecoestética
Fuente: Bio Eco Actual Octubre 2020