Este artículo de Nuria Alonso al alimón con Montse Escutia desmonta la línea de cosmética Cien Bio presuntamente ecológica de Lidl. Un caso más de greenwashing… Que no te tomen el pelo
Lo primero que nos llama la atención es el uso del término “Bio”. Esta cosmética del Lidl no es “bio”. Es cierto que la cosmética ecológica no está regulada oficialmente como lo están los productos agroalimentarios, y por lo tanto los términos no están protegidos por ley, pero hay cosas que no se pueden hacer, como llamar “bio” a lo que no lo es. Es una falta de respeto a los consumidores y a las marcas que se esfuerzan en producir una cosmética ecológica auténtica.
CERTIFICACIONES
Aunque no hay reglamentos oficiales para la cosmética ecológica, hay certificaciones creadas por organizaciones que son parte del movimiento ecológico desde hace muchos años, y, aunque hay diferencias entre ellas, todas estas certificaciones comparten los mismos principios básicos, y en este sentido coinciden en definir los productos Bio (o Ecológicos, Eco, Biológicos u Orgánicos: todos ellos son términos sinónimos) como “aquellos compuestos por ingredientes producidos y procesados según los métodos de producción ecológica que establece el Reglamento CE 834/2007 u otras normas reconocidas en otros países del mundo y que cuenta con un certificado emitido por una entidad de certificación autorizada”.
LOS PORCENTAJES
Todas las certificaciones de cosmética reconocidas establecen unos mínimos porcentajes de ingredientes ecológicos para poder llamar a un producto “Bio”. Por ejemplo, en la Norma BioVidaSana, éste es del 90%. Algunas veces se da el caso de que un laboratorio quiere llamar a su producto “bio”, pero el % que le da la fórmula sale algo más bajo, y entonces tienen que ponerse a hacer cálculos, subir el % de ingredientes “bio”, reformular, etc., para que al final le dé más del 90%. Así que, simplemente, no hay derecho a que una cadena de supermercados con tanta presencia en el mercado… le llame “Bio” a su línea de cosmética porque le parece que el término le va a hacer vender más, sin respetar ningún principio.
INGREDIENTES
Como siempre pasa en el greenwashing: se usan algunos ingredientes naturales y luego otros que no lo son, pero salen baratos y son útiles en la formulación, se adorna con una buena campaña de promoción y una presentación atractiva, y ya lo tenemos.
Pero la verdad es ésta: esta es la lista de ingredientes de uno de los productos de la línea Cien Bio, la crema hidrante de día, antioxidante.
Ingredientes:
AQUA (WATER), GLYCERIN, CAPRYLIC/CAPRIC TRIGLYCERIDE, COCO-CAPRYLATE/CAPRATE, PROPANEDIOL, MACADAMIA INTEGRIFOLIA SEED OIL, GLYCERYL STEARATE, PEG-100 STEARATE, SODIUM ACRYLATES COPOLYMER, BUTYROSPERMUM PARKII BUTTER, CETYL ALCOHOL, PRUNUS CERASUS FRUIT WATER, LECITHIN, HYDROGENATED OLIVE OIL UNSAPONIFIABLES, JUGLANS REGIA SEED EXTRACT, POTASSIUM CETYL PHOSPHATE, HYDROLYZED COLLAGEN, HYDROLYZED ELASTIN, TOCOPHERYL ACETATE, TETRASODIUM GLUTAMATE DIACETATE, CAPRYLYL GLYCOL, XANTHAN GUM, PHENYLPROPANOL, CITRIC ACID, SODIUM METABISULFITE, DISODIUM EDTA, ETHYLHEXYLGLYCERIN, SODIUM BENZOATE, PHENOXYETHANOL, BENZYL SALICYLATE, LINALOOL, HYDROXYCITRONELLAL, CITRONELLOL, ALPHA-ISOMETHYL IONONE, GERANIOL, PARFUM (FRAGRANCE).
De esta lista destacamos una serie de ingredientes, unos porque ninguna certificadora los aprobaría y otros porque sólo con el nombre no podemos saber si su proceso de obtención es natural o no. Los hemos agrupados en tres grupos:
(1) Estos son los ingredientes que ninguna certificación de cosmética ecológica/natural aprobaría nunca jamás: PEG-100 STEARATE, SODIUM ACRYLATES COPOLYMER, PHENYLPROPANOL, SODIUM METABISULFITE, DISODIUM EDTA, ETHYLHEXYLGLYCERIN, PHENOXYETHANOL, PARFUM (FRAGRANCE).
(2) Ingredientes dudosos, que quizás se podrían aprobar, pero haría falta revisar toda su documentación para saber su origen y método de obtención, entre otros datos. Incluso los marcados en amarillo requieren de una revisión cuidadosa. Por ejemplo, en la “inocente” glicerina, hay que comprobar si es efectivamente vegetal y no sintética, y si no es de origen transgénico: HYDROLYZED COLLAGEN, HYDROLYZED ELASTIN, TOCOPHERYL ACETATE, TETRASODIUM GLUTAMATE DIACETATE, CAPRYLYL GLYCOL, BENZYL SALICYLATE.
(3) Alérgenos, que son de obligada declaración, y en este caso nos permiten confirmar que el perfume no es natural. Las certificaciones de cosmética reconocidas no permiten el uso de perfumes sintéticos: HYDROXYCITRONELLAL, ALPHA-ISOMETHYL IONONE.
LA CAJA DEL PRODUCTO
Además, hay que ver cómo están descritos los ingredientes en la caja del producto. No están puestos en una lista separados por comas como es lo habitual en cosmética. Sino que es una columna, para así poder indicar alguna característica de cada ingrediente.
Lo curioso es que de los ingredientes que quieren que se sepa lo que son, se dice claramente lo que son. Por ejemplo: Butyrospermum Parkii Butter: Manteca de Karité
Pero de lo que no interesa decir que es exactamente o cuál es su origen, se dice para que sirve, no lo que es. Por ejemplo:
– Phenoxyethanol: Garantiza la conservación
– Disodium EDTA: Garantiza la calidad
– Sodium Acrylates Copolymer: Garantiza la estabilidad
Es decir, que el modo de indicar los ingredientes, aparentemente para dar más información, al dar los datos de modo sesgado, contribuye a la desinformación.
EL PRECIO
Este producto que hemos elegido como ejemplo, la crema hidrante de día antioxidante, se vende a 4,99€ un envase de 50 ml, y, en la oferta de lanzamiento de la marca, la segunda unidad se ofrece a 2,50€. Hay que dar por hecho que los costes de producción deben de ser bajísimos. Es comprensible, ya que sus ingredientes son en general baratos, las cantidades producidas son grandes, y, además, se puede deducir que el producto es casi todo agua. Se ve el agua en primer lugar en la lista de ingredientes, eso quiere decir que es el que va en un mayor % en la fórmula. En segundo ingrediente por orden de mayor a menor es la glicerina. La glicerina suele usarse en porcentajes de entre 2-5%, y después vienen en orden descendiente todos los demás ingredientes. Así que de agua puede tener alrededor de un 70% o más. Los costes de producción de la auténtica cosmética certificada son mucho más altos. Producir una crema de 50 ml, que contenga una buena combinación de principios activos y en la que la mayoría de sus ingredientes sean ecológicos certificados, puede costar entre 50-80 € el kilo, solamente en materias primas.
NORMA DE REFERENCIA
El producto declara contener un 97% de ingredientes de origen natural, calculados según la ISO 16128. De esta norma hablaremos en más detalle en un próximo artículo. Ahora, solo apuntaremos que esta norma ISO es mucho más laxa que las normas reconocidas para certificación de cosmética y que no es una norma para la certificación de productos en su totalidad tal y como lo entendemos normalmente, solamente revisa el % de ingredientes que se consideran de origen natural según la ISO. Por eso pasa que hay algunos ingredientes que nunca se permitirían en las normas de certificación de productos, pero en estos productos de la línea Cien Bio sí se pueden encontrar.
Nuria Alonso y Montse Escutia
Certificación BioVidaSana
Publicado en El Ecomensajero Digital