Hoy en día existe una cierta controversia sobre la necesidad o no de usar protectores solares cada vez que exponemos nuestra piel al sol. Por un lado, el exceso de radiación está relacionado con el creciente número de personas con cáncer de piel, pero, por otro lado, las personas cada vez tenemos más bajo nuestro nivel de vitamina D, vitamina que se sintetiza de forma natural en la piel gracias a la luz del sol. Seguramente, una vez más, la realidad se encuentre en el punto medio entre los dos extremos. Lo ideal es exponerse al sol en momentos del día que no nos haga daño y poco a poco, hasta ir acostumbrando a nuestro cuerpo e ir produciendo melanina.
El grado de protección solar contra la radicación UVB se indica en las etiquetas de los productos solares con el término FPS; hay que tener en cuenta que, en realidad, no hay tanta diferencia entre el factor 30 y el 50, ambos son factores de protección alta. El FPS 30 bloquea aproximadamente el 97% rayos UVB y el FPS 50 bloquea un 98%. Lo más importante es como se aplique la crema, su frecuencia y cantidad.
La mayoría de los protectores solares convencionales utilizan como sustancias activas para proteger de los rayos solares compuestos químicos que son absorbidos por la piel. Algunos se acumulan en la grasa y no se conoce sus efectos a largo plazo. Sí se sabe que algunos son disruptores endocrinos, es decir, interfieren con nuestro sistema hormonal. Debemos evitar las benzofenonas, los cinamatos y los derivados del camfor. En el INCI veremos: Benzophenone (seguida de un número), Camphor Benzalkonium Methosulfate, Octocrylene, Butyl Methoxydibenzoylmethane, Drometrizole Trisiloxane, Ethylhexyl Methoxycinnamate, Ethylhexyl Triazone, Homosalate, Isopropyl Dibenzoylmethane.
Pero además de las sustancias activas pueden contener otros ingredientes como antioxidantes, perfumes o conservantes que también son disruptores endocrinos, como los parabenos, o causar otro tipo de problemas como alergias e irritaciones.
Además del peligro potencial para nuestra salud, en los últimos años han saltado las alarmas por sus efectos sobre el medio marino en las playas con grandes afluencias de bañistas. Los filtros solares químicos producen el blanqueamiento de los corales. Este efecto se ha relacionado por su capacidad de modificar el comportamiento de las colonias de virus que viven en entornos marinos. Parece que los virus están muy implicados en la dinámica de las poblaciones de fitoplancton y algunos compuestos contaminantes interfieren en todo ello. No sólo los filtros químicos de rayos UV si no también derivados del petróleo o conservantes como los parabenos muy utilizados en cosmética.
Se cree que los filtros químicos más perjudiciales para los corales son el Oxybenzone y el Octinoxate, prohibidos en Hawái y en algunos otros lugares con corales en sus mares. Por eso hay algunas cremas solares convencionales que los evitan y que se declaran como “Coral friendly”. No obstante, sí que contienen otros filtros químicos que pueden igualmente ser disruptores endocrinos y producir alergias y ser perjudiciales para el medioambiente; además, normalmente contienen otros ingredientes también de origen petroquímico.
Ingredientes de la cosmética econatural
Conseguir un alto SPF (Factor de protección Solar) sólo con ingredientes naturales y con una textura que satisfaga a los consumidores no es fácil. Las primeras fórmulas de cremas solares con filtros físicos solían ser cremas muy densas, difíciles de extender y que dejaban “pegotes” blancos en la piel. Ahora, algunas personas muy expertas que formulan cosmética natural han aprendido a conseguir emulsiones más fluidas, y es fácil encontrar en el mercado cremas solares econaturales con filtros físicos no nano, que se extienden y se absorben bien.
Actualmente hay dos ingredientes de origen mineral que se utilizan mayoritariamente como pantallas físicas en las formulaciones econaturales: el óxido de zinc y el dióxido de titanio. En principio son minerales naturales e inocuos cuando nos los ponemos sobre la piel. Pero hay algunos aspectos que no todas las persones conocen y que es interesante que preguntemos o investiguemos sobre nuestro protector solar respecto a estos ingredientes: el tamaño de la partícula para para asegurarnos que no está en formato de nanopartícula (indicado en el INCI con la palabra nano); saber si han sido irradiados para eliminar posibles patógenos; que no contengan metales pesados; que una vez extraídos de la mina no hayan sido sometidos a procesos agresivos o se les hayan añadido aditivos como antiapelmazantes y, finalmente, que no provengan de minas en las que se produzca explotación laboral o, incluso, infantil. Todo este trabajo de investigación, que no es fácil, es el que realiza una certificadora en el caso que optemos por un producto certificado.
Además de la pantalla contra la radiación los protectores solares incluyen otros muchos ingredientes destinados a proteger e hidratar la piel como la manteca de karité o el aceite de jojoba o aceites con propiedades antioxidantes para que evitar el efecto de los radicales libres provocados por la radiación solar aumente el envejecimiento de la piel, como el aceite de granada o el de comino negro. También hay que tener en cuenta para la formulación de productos solares que algunos ingredientes vegetales aportan cierto grado de protección solar, que refuerza el factor de protección. Algunos ejemplos son la manteca de karité, el aceite de semilla de frambuesa, el aceite de buriti, el aceite de germen de trigo o el de coco entre otros.
Comparando protectores solares convencionales y econaturales:
*Una fórmula convencional podría contener:
Aqua, Ethylhexyl Salicylate, Octocrylene, Butyl Methoxydibenzoylmethane, C12-15 Alkyl Benzoate, Glyceryl Stearate, Ethylhexylglycerin, Methylene bis-Benzotriazolyl Tetramethylbutylphenol (nano), Hydrogenated Rapeseed Oil, Copernicia Cerifera Cera, Rice Bran Wax, Cetyl Palmitate, C18-38 Alkyl Hydroxystearoyl Stearate, Microcrystalline Cellulose, Lecithin, Silica, Xanthan Gum, Phenoxyethanol, Trisodium EDTA, Sodium Hydroxide, Sodium Chloride, Linalool, Benzyl Alcohol, Alpha-Isomethyl Ionone, Citronellol, Anise Alcohol, Parfum
Los ingredientes subrayados no se pueden utilizar en cosmética econatural certificada.
Contiene muchos ingredientes petroquímicos, además de los filtros solares. Los filtros solares son los que están marcados en negrita en la lista INCI.
Alpha-Isomethyl Ionone es un alérgeno no natural, lo que nos confirma que el perfume no es natural.
Una fórmula econatural certificada podría contener:
Aqua, Zinc Oxide, Butyrospermun Parkii Butter* (manteca de karité), Persea Gratissima Oil*(aceite de aguacate), Rubus Odaeus Seed Oil* (aceite de semilla de frambuesa), Titanium Dioxide, Silica, Glycerin*, Citic Acid, Chamomilla Recutita Flower Extract* (extracto de manzanilla), Daucus Carota Sativa Seed Oil* (aceite esencial de zanahoria), Lavandula Angustifolia Oil* (aceite esencial de lavanda), Sodium Benzoate, Potassium Sorbate, Limonene,** Linalool**, Geraniol**, Citral**
Los ingredientes marcados con un* son ecológicos
Los marcados con ** son componentes esenciales de los aceites esenciales que hay que declarar porque pueden producir alergia a algunas personas.
Esta fórmula contiene un extracto de manzanilla que está compuesto de 4 ingredientes: Chamomilla Recutita Flower Extract, Glycerin y los conservantes Sodium Sorbate y Potasium Benzoate, pero éstos se indican por separado en la lista INCI de la etiqueta por su % en la fórmula del producto, según exige la legislación.
Montse Escutia (Red Ecoestética) y Núria Alonso (Responsable Certificación BioVidaSana)
Foto: Línea solar de Münnah