Certificación de cosmética BioVidaSana

GARNIER: no es «bio» todo lo que reluce

Cosmética certificada y no certificada, pero con “claims” naturales… Todo en la misma marca.

Nuria Alonso nos explica en BioCulturaON cómo interpretar las etiquetas de los productos cosméticos para que no nos engañen. En este artículo presenta el ejemplo de la marca Garnier de l’Oreal, donde no es “bio” todo lo que reluce.

Siempre hablamos de las confusiones que causan las marcas que se anuncian como ecológicas o naturales sin serlo, o no del todo. También es posible causar confusión incluso aunque se etiquete correctamente los productos que están certificados y los que no lo están. Esto sucede, por ejemplo, con la marca Garnier.

L’OREAL
Garnier, una marca que pertenece a L´Oreal, ha sacado una línea certificada. Se llama Garnier Bio, y está certificada por Ecocert según Cosmos Organic. Hasta aquí, todo correcto.
La única pega que se le puede poner es cómo se presentan. Los responsables de las marcas “bio” de L´Oreal las han anunciado diciendo que “quieren democratizar el consumo de la cosmética ecológica”. Se refieren a sus precios y a su presencia en cualquier droguería y supermercado. Imagino que también se refieren a que, gracias a la arrolladora capacidad publicitaria de este gigante de la cosmética, todo el mundo puede conocer rápidamente sus productos “bio”. Pasando por encima de empresas másmodestas que estaban antes y con productos de más calidad.


INGREDIENTES BÁSICOS
Lo cierto es que esta marca ofrece productos bastante baratos, pero no nos cuentan que, aunque sean productos certificados, se utilizan ingredientes bastante básicos dentro de los que se pueden aprobar por las certificaciones ecológicas. Y lo más importante: que al producir en tan grandes cantidades, sus costes de producción son mucho menores que los de las pequeñas empresas y su margen de beneficio… mucho mayor. Las pequeñas empresas, si quieren utilizar ingredientes ecológicos de alta calidad, tienen que vender su cosmética a los precios más ajustados posibles, tienen que echar muchas cuentas para lograr mantener sus empresas y sus marcas en el mercado.

MERCADO, SIEMPRE MERCADO
Por lo tanto, estas marcas “bio” de las grandes corporaciones no tienen nada que ver con lo que implica elegir un cierto estilo de vida y desarrollar un proyecto personal, como es el caso de muchos pequeños productores de cosmética, ni con elegir un cierto estilo de consumo, como pasa con muchos consumidores de productos ecológicos. Se trata de ofrecer al mercado un producto que tiene demanda, nada más.

MONOPOLIOS
Si compramos un producto Garnier Bio le estamos haciendo ganar más dinero a L´Oreal, que es la dueña de una buena parte de la cosmética que se vende en el mundo. También compra otras empresas de cosmética, y, entonces, o bien con su propia marca L´Oreal o con otras, dominan todo el mercado de la cosmética: la cosmética convencional, la pseudo-natural, como Body Shop, que es de L´ Oreal también, la de sus propias marcas de cosmética ecológica como Garnier Bio o La Provençale Bio, e incluso la de algunas marcas de cosmética natural muy conocidas y antiguas, como Logona y Santé, que ahora pertenecen a L´Oreal.

OTROS, SIN CERTIFICAR
En cualquier caso, como decíamos, los productos Garnier Bio son productos cosméticos correctamente certificados; sin embargo, hay otros productos de Garnier, de la línea Original Remedies, que no están certificados. No lo pretenden, no hace mención al término “bio” ni usan los sellos de la certificación, pero hay que fijarse bien, porque los diseños y los colores se parecen bastante a los de la línea certificada, sobre todo en los champús sólidos, y además se hace profusas reivindicaciones a su naturalidad y sostenibilidad.

FÍJENSE EN LAS FOTOS
Fíjense en las fotos. Se parecen bastante, ¿verdad? Sobre todo, si los productos de ambas marcas se muestran en unos expositores que facilita la propia marca, de color verde, muy parecidos también, que se pueden encontrar uno al lado del otro en algunos supermercados.
Los champús sólidos de Garnier Original Remedies no se podrían certificar, ni con Cosmos ni con ninguna otra norma para certificar cosmética natural, porque contienen Sodium Cocoyl Isethionate (SCI), un ingrediente muy popular para la elaboración de champús sólidos. Es barato y, al parecer, muy dúctil. El más fácil de manejar, el que me mejores resultados da, el mejor tensoactivo para fabricar productos sólidos de higiene personal, según dicen, pero: se utiliza óxido de etileno en su proceso de obtención, un derivado del petróleo muy perjudicial para el medio ambiente: el producto puede contener trazas de 1,4 Dioxano, que es cancerígeno, y su índice de naturalidad final es muy bajo, de entre el 70 al 85 %, variando según el proveedor.

MANIPULANDO
El champú sólido de Garnier no se presenta como “bio” ni como producto certificado, pero sí que hace muchas reivindicaciones en su publicidad y su etiquetado que invitan a pensar que es una buena elección para un consumidor concienciado: dice que contiene un 94 % de ingredientes de origen vegetal, pero, teniendo el SCI como ingrediente principal, es difícil de alcanzar este %.  La lista de ingredientes del envase del producto nos indica que éste es el ingrediente principal de su fórmula, pues va en primer lugar, y sabemos que el SCI suele utilizarse en porcentajes altos en las fórmulas de los champús sólidos. Entonces, si de este ingrediente, que es el principal en la fórmula… solamente un 85 % (como máximo) es natural, pues andará muy justo para llegar al 94 % de origen natural que reivindica. Además, hay que tener en cuenta que decir “94 % de origen vegetal”… es una manera de evitar decir “6 % de origen petroquímico”.

MÁS MANIPULACIÓN
Otras reivindicaciones positivas hechas por el producto son: “Ahorra agua”; “99 % biodegradable”; “Lleno de cuidado para tu pelo y para el planeta”. Y dice también que “Garnier está comprometida con la Green Beauty”, lo que implica que: busca el abastecimiento responsable, que sus fórmulas son “green”, que busca utilizar envases reciclables y colaboran con el Ocean Observatory para combatir la contaminación del plástico y que tratan de utilizar más energías renovables. En fin, juzguen ustedes mismos/as, y, elijan lo que elijan, vayan bien informados a la hora de comprar.

Nuria Alonso. Certificación BioVidaSana
Publicado en El Ecomensajero Digital

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